25.12.08

tres minutos


En una hora saldrá el sol, los pájaros mañaneros van a cantar, la ciudad tendrá otro largo día de apuradas, bocinas, violencia, corridas, nenes pidiendo monedas y hombres con trajes caros , lindos autos y sin familia.
Pero todavía no. Aun me queda un pequeño rato para estar solo, con la noche y el silencio, con el humo del cigarro, el ultimo que queda.
Tomo el final del vaso. ya tampoco queda vino. Me tiro en la alfombra, al lado del ventanal. Me estiro. Los músculos, los huesos, el alma. Respiro, dejo respirar mi cuerpo.
Disfruto de estas pequeñas cosas. El viento que hace bailar las viejas cortinas, el sapo canta desparejo en el jardín vecino, del cielo lleno de estrellas, una junto a otra, como deseos, como sentimientos, como pequeños amores que están cerca pero no lo suficiente como para encontrarse, pero algo los une, un mismo cielo. Mirar mis pies, sucios, feos, viejos, pero míos. Recordar, personas, cosas, momentos, lugares, canciones, recuerdos, de los lindos, y sonreír, primero como una pequeña mueca y llegar hasta la mas fuerte carcajada.
Todavía quedan unos minutos para que amanezca. Quizá cinco, quizás mas, o tal vez menos, no interesa, pero todavía sigue siendo mi noche. La ciudad sigue tranquila. Algún que otro borracho canta canciones nostálgicas a la luna, algunos perros ladran y las hamacas de la plaza hacen ruido por el viento. Nada de eso me molesta, todo lo contrario.
La luna y mi sombra me acompañan, todavía soy dueño de mi silencio. En unos minutos todos saldrán a la calle empujando, gritando, con relojes que marcan sus vidas, que detienen sus sueños, que almacenan sentimientos y los guardan en un cajón donde están las cosas que ya no sirven, porque parece que hoy querer, respetar, amar, sonreír, llorar, cantar, es perder el tiempo.
Pienso en eso, en el mundo, en mi mundo, en la gente, en tantos besos que se pierden con los humos de las fabricas, con los sonidos de los autos, con los gritos del vendedor ambulante que hoy no tiene leche para sus hijos. Y pienso, y vuelvo a pensar, en mi , en todos y tengo miedo. Quizá mañana ya no estemos, quizá la tierra y el clima nos cobren por tanto daño, quizá sea hoy el ultimo día para decirle que la amo.
Pienso tanto, en tantas cosas, a veces creo que es un vicio. Pero todavía no, todavía no salio el sol, sigue siendo mi noche. Quedan tres minutos, amanecerá y todo será como siempre. Voy a dormir, a soñar con lindos recuerdos, son grandes sonrisas, con un mundo nuevo.

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